miércoles, 27 de febrero de 2019

QUE HOY NO ACABE NUNCA

En esta ocasión publicamos un escueto poema del célebre fray Juan Ónimo, monje budista y que le fue inspirado al recibir un primer beso de amor por parte de una desconocida musa. Dice así:

No quiero  que acabe el día.
Y hasta el último minuto.
Saborear ese fruto.

Sabor, sabor a ambrosía.

Dulce labio el que me toca
Que me impregna su sabor.

Sabor, sabor a su boca.
Sabor, sabor a su amor


Fray Juan, tras esta experiencia, no probó bocado durante dos semanas, hasta que el sabor del beso se diluyó de su boca. (Jamás se diluyó de su pensamiento).



martes, 12 de febrero de 2019

ASTOLFO (como yo) EN LA LUNA. Las horas perdidas

El asombrado caballero vio que descendían en un vasto globo parecido a la Tierra, mientras el planeta que habían dejado, era como una grande luna que iluminaba los cielos. A su alrededor vio lagos, ríos, campos, hermosas ciudades y castillos, montañas y selvas; pero todas estas cosas eran distintas de las de la tierra. Luego el santo le condujo a un lugar donde vio la más extraña escena.
En un profundo valle, situado entre montes altísimos, había un inmenso tesoro, compuesto con todo lo que en la Tierra se había desperdiciado. Las horas perdidas, las ocasiones desaprovechadas, los votos quebrantados y las oraciones vanas ofrecidas a Dios, yacían allí para siempre.