"Stultorum infinitus est numerus". El número de los tontos es infinito.
Respaldo con pasión las tésis de Carlo M. Cipolla sobre el tema del título y, a continuación, interpolamos una parte de la introducción a su afilado ensayo para posteriormente enumerar sin más desarrollo sus cinco Leyes infalibles. Leamos:
"La humanidad se encuentra -y sobre esto el acuerdo es unánime- en un estado deplorable. Ahora bien, no se trata de ninguna novedad. Si uno se atreve a mirar hacia atrás, se da cuenta de que siempre ha estado en una situación deplorable. El pesado fardo de desdichas y miserias que los seres humanos deben soportar, ya sea como individuos o como miembros de la sociedad organizada, es básicamente el resultado del modo extremadamente improbable (sic) -y me atrevería a decir estúpido- de cómo fue organizada la vida desde sus comienzos.
Desde Darwin sabemos que compartimos nuestro origen con las otras especies del reino animal, y todas las especies -ya se sabe-, desde el gusanillo al elefante, tienen que soportar sus dosis cotidianas de tribulaciones, temores, frustraciones, penas y adversidades.
Los seres humanos, sin embargo, poseen el privilegio de tener que cargar con un peso añadido, una dosis extra de tribulaciones cotidianas, provocadas por un grupo de personas que pertenecen al propio género humano. Este grupo es mucho más poderoso que la Mafia, o que el complejo industrial -militar o que la Internacional Comunista. Se trata de un grupo no organizado, que no se rige por ninguna ley, que no tiene jefe, ni presidente, ni estatuto, pero que consigue, no obstante, actuar en perfecta sintonía, como si estuviese guiado por una mano invisible, de tal modo que las actividades de cada uno de sus miembros contribuyen poderosamente a reforzar y ampliar la eficacia de la actividad de todos los demás miembros. La naturaleza, el carácter y el comportamiento de los miembros de este grupo constituyen el tema de las páginas que siguen......
La Primera Ley Fundamental de la estupidez humana afirma sin ambigüedad que: Siempre e inevitablemente cada uno de nosotros subestima el número de individuos estúpidos que circulan por el mundo.
La Segunda Ley Fundamental, que dice que: La probabilidad de que una persona determinada sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de la misma persona.
La Tercera Ley Fundamental aclara explícitamente que: Una persona estúpida es una persona que causa un daño a otra persona o grupo de personas sin obtener, al mismo tiempo, un provecho para sí, o incluso obteniendo un perjuicio.
La Cuarta Ley Fundamental, que afirma que: Las personas no estúpidas subestiman siempre el potencial nocivo de las personas estúpidas. Los no estúpidos, en especial, olvidan constantemente que en cualquier momento y lugar, y en cualquier circunstancia , tratar y/o asociarse con individuos estúpidos se manifiesta infaliblemente como un costosísimo error.
Es esencial para efectuar este análisis es necesaria una completa comprensión de la Quinta Ley Fundamental. No obstante, es preciso añadir que de las cinco leyes fundamentales, la Quinta es, desde luego, la más conocida y su corolario se cita con mucha frecuencia. Esta ley afirma que: La persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que existe".
El corolario de la ley dice así: El estúpido es más peligroso que el malvado...""""
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